por Odda Schumann
La realidad es irrelevante. Conocer ya no es suficiente porque morimos como idiotas, ¿no Matilde? ¡Claro que sí, claro que sí! Cuando agarré la trompeta se me fue el aire, me bajó la presión y vi todo negro. Pero si no te rompés la cabeza cuando te desmayás al rato te despertás y todo sigue igual. Matilde siempre dice lo mismo con los puchos. Uno más, uno más, uno más. Los cuenta de a uno, por eso dice que fuma poco. ¡Pero te vas a morir, mamá! Le dice la hija (que también se llama Matilde). Pero a Matilde grande no le importa porque tiene cincuenta y dos años y dice que ya está, que está vieja. Y cuando Carmela (que tiene setenta y nueve años) la escucha se le ríe en la cara y saca los dedos para contar… ¡vos no habías nacido y yo tenía…! Pero Matilde sabe que cada día muere más rápido con los puchos que se manda y colecciona las imágenes de todos los cánceres. Todavía no le salió ninguno. Ella dice que es suerte. Pero Matilde hija se preocupa y llora cuando ve en el paquete a todas esas personas mutiladas. ¡Así es la vida! Le contesta la madre y engulle otro pucho. Matilde sabe que no está bien fumar tanto, pero no hace nada porque el saber no opera en la realidad y, en todo caso, sería irrelevante porque hablar de la realidad es decir que ahora las cosas son así porque sí y no podés elegir otra cosa, porque si no serían “las realidades”. Y uno podría elegir. Y, quizá en una realidad, fumar mucho podría ser signo de excelente salud porque a la sociedad le interesan otras cosas. Pero Matilde no puede elegir y todavía es irrelevante porque todo el mundo fuma, como antes todo el mundo hablaba de la patria y hoy no se sabe nada de eso. Y luego va a ser una loca y la van a meter presa por suicidio premeditado, o quizá la metan en una jaula con un psicólogo que piense que le puede decir lo que tiene que pensar porque lo leyó en un libro o porque mucha gente se comporta de forma similar. Porque se sabe que hay un modo para eso, para comportarse en la sociedad, pero también es irrelevante porque cada uno hace lo que se le da la gana. Y ser irrelevante es la nueva moda de consuelo. Ser un héroe es difícil, así que ahora vamos por esa… perfil bajo, pensar en nada, hacer nada.